NOTICIAS DESDE NINGUNA PARTE

Un país que termina siendo una abstracción, para algunos, o una materialidad salvaje e infranqueable, para otros. Una idea. Un origen común, aunque difuso. Una presencia permanente. Una pesadilla de la que no se puede despertar. La hiedra que se afinca en la pared y no la suelta. Que deja una marca si la cortan, y vuelve a crecer, una y otra vez, más rabiosa. Una voz anciana y familiar, que recuerda un lugar, un territorio, que, como el que nosotros perseguimos y tratamos de convertir en imágenes y sonidos, ya no existe. Una pérdida. Sobre dos de estas ideas, “país” y “pérdida”, sobre estas dos imágenes amplias, quizás hasta vagas e imprecisas, quisimos interrogarnos y reunirnos a pensar en esta edición. La muestra de este año reúne el trabajo que 14 personas, divididas entre quiénes viven fuera de Venezuela y quiénes aún permanecen allí, han sostenido intensamente durante los últimos 4 meses. En un primer momento, quisimos lograr la tan mentada correspondencia. Un intercambio “real” entre los integrantes del laboratorio, a través de sus materiales. Sin embargo, el verdadero intercambio, la verdadera correspondencia, el verdadero “match” en esta suerte de tinder cinematográfico, se dio dentro del grupo de telegram que creamos y en los diferentes encuentros que tuvimos por zoom, interrogándonos, cuestionándonos, escribiendo y reescribiendo, en conjunto, a solas, una y otra vez las piezas que terminaron presentando los participantes. Sirva esto para confesar que lo que realmente nos interesa y nos apasiona es eso: ese no lugar, esa ninguna parte, fugaz y feliz, en la que nos encontramos y buscamos formas colectivas de pensarnos, de entendernos, de decirnos, de interpelarnos y de desnudarnos. Dejar al desnudo nuestros dolores y alegrías, nuestras dudas, miedos y esperanzas: pequeñas, mínimas y singulares, que, siempre que son así, terminan contagiándose y siendo, de alguna forma, las de todos. Nos hacemos un país de curiosidad por el otro, de encuentro con el otro, a veces, por el otro que somos, para navegar la deriva de aquello que hemos perdido.